Palau Joan de Valeriola

Historia

El Palau Joan de Valeriola, sede de la Fundación Chirivella Soriano, es un excepcional ejemplo de vivienda señorial gótica. La documentación arqueológica ha permitido determinar que la construcción del edificio se produjo en la primera mitad del siglo XIV. El Palau perteneció a una de las ramas de la familia Valleriola que, a su vez, dió nombre a la calle del centro histórico de València donde está situado. La vivienda fue la residencia del cavaller Joan Valleriola, al menos durante todo el siglo XIV y hasta principios del siglo XV. El último Valleriola que ocupó el palacio fue Gaspar, que alcanzó la categoría de noble y emparentó con la familia del papa Alejandro VI, Roderic de Borja, por su casamiento en 1392 con la sobrina del papa Anna de Borja.

Arquitectura

El valor patrimonial y arquitectónico del Palau se fundamenta en varios aspectos. En primer lugar, en sus espacios interiores: la diafanidad de su planta baja, basada en arquerías góticas que generan un espacio apto para funciones diversas, y la prestancia de la planta primera o noble, donde las dimensiones del salón de la primera crujía indican su pasada función, posiblemente afirmada en época barroca. En segundo lugar, en que conserva una suma de elementos góticos singulares: arcos, ventanas, sillerías. Y, en tercer lugar, la diversidad, la calidad y la antigüedad de sus artesonados, así como el hecho de que se encuentren en la mayor parte de los forjados originales que se conservan, lo que los constituye en el elemento unificador y más representativo del edificio.

Artesonados

El hecho más significativo del palacio es la colocación de alfarjes en todo el edificio, siendo especialmente relevantes por su rica policromía los dos situados en la planta noble, que pueden ser datados en el siglo XIV. Este conjunto de alfarjes policromados que prácticamente ocupan toda la superficie de la planta baja y la planta principal, se encuentran en un excelente estado de conservación y presentan un notable interés histórico y artístico. En el primer piso, en la sala principal, recayente a la fachada, las jácenas del alfarje presentan bandas rojas y amarillas longitudinales, interrumpidas por cuatro escudos en los laterales donde se representan blasones de diversos linajes. A este respecto cabe señalar que existe una superposición de tres escudos, indicativo, sin duda, de los distintos propietarios que tuvo el edificio en época medieval. En la sala contigua que recae al patio las jácenas del alfarje están pintadas de rojo y en los laterales se muestran igualmente escudos superpuestos como en la sala anterior. Este alfarje posee un interesante friso perimetral decorado con caracteres epigráficos cúficos.

Rehabilitación

El Palau fue adquirido en el año 2001 por Manuel Chirivella Bonet y Alicia Soriano Lleó con el objetivo de restaurarlo para que albergue una Fundación que acoja exposiciones temporales. El edificio se encontraba en estado de ruina y el valor patrimonial del inmueble era desconocido. Tras su restauración, se ha puesto en valor su sustrato gótico, el cual a pesar de las transformaciones sufridas a lo largo de seis siglos, pervive en espacios, arquerías y forjados. Se realizó una restauración respetuosa con los elementos originales según normas y criterios internacionales, basados en la conservación del máximo de los elementos decorativos y estructurales de interés. Convertido en centro de arte, el palacio ha recuperado la riqueza espacial de sus salas, conformadas por amplios arcos de sillería, el elegante patio central, con esbeltas ventanas triforas, la austera fachada de piedra, y un importante conjunto de artesonados góticos. El Palau tiene tres plantas, con más de 1.000 m2 de espacio expositivo, lo que permite albergar distintas exposiciones, desde retrospectivas de autores a muestras colectivas.